En el ámbito del Derecho Penal, el enfoque tradicional se centraba en la responsabilidad penal de las personas físicas. Sin embargo, en la actualidad cada vez se presta más atención a la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Las empresas y organizaciones también pueden incurrir en conductas delictivas, y es fundamental entender qué delitos pueden cometer y cuáles son las implicaciones legales de dichas acciones. En este artículo exploraremos en detalle los delitos que pueden cometer las personas jurídicas y cómo se aborda su responsabilidad penal.
¿QUÉ SE ENTIENDE POR PERSONA JURÍDICA?
Antes de adentrarnos en los delitos cometidos por las personas jurídicas, es importante comprender qué se entiende por este concepto.
Una persona jurídica se refiere a una entidad legalmente constituida que posee derechos y obligaciones propios, separados de los individuos que la conforman. A diferencia de las personas físicas, que son seres humanos individuales, las personas jurídicas son entidades artificiales creadas por la ley para llevar a cabo actividades comerciales, organizativas o públicas.
Las personas jurídicas pueden adoptar diversas formas, como sociedades comerciales, asociaciones sin ánimo de lucro, fundaciones, entidades gubernamentales, organizaciones internacionales, etc. Estas entidades pueden tener sus propios activos, responsabilidades, capacidad para contraer obligaciones y derechos legales reconocidos por la legislación correspondiente.
La creación de una persona jurídica implica cumplir con requisitos legales específicos, como la inscripción en registros públicos, la redacción de estatutos o contratos sociales, y el cumplimiento de las regulaciones y leyes aplicables en su jurisdicción.
Estas entidades suelen ser gestionadas por órganos de gobierno, como juntas directivas o consejos de administración, y pueden actuar en nombre de la entidad para llevar a cabo transacciones comerciales, adquirir bienes, firmar contratos y participar en otros actos jurídicos.
La existencia de las personas jurídicas permite separar el patrimonio y las responsabilidades de los individuos que forman parte de ellas, lo que brinda ventajas en términos de responsabilidad limitada y continuidad en las operaciones, entre otros aspectos. Sin embargo, también implica que estas entidades pueden incurrir en responsabilidades y obligaciones legales propias, incluida la responsabilidad penal en caso de comisión de delitos.
RESPONSABILIDAD PENAL DE LAS PERSONAS JURÍDICAS
La responsabilidad penal de las personas jurídicas implica que una entidad legalmente constituida puede ser imputada y sancionada por la comisión de delitos. Esta responsabilidad se basa en la premisa de que las personas jurídicas actúan a través de sus órganos, directivos, empleados y representantes, y que pueden incurrir en conductas ilícitas en nombre de la organización.
En el marco jurídico español, la responsabilidad penal de las personas jurídicas está regulada en el Código Penal, específicamente en el artículo 31 bis, introducido en la reforma penal de 2010. Este artículo establece las bases para la imputación y sanción de delitos cometidos por personas jurídicas.
De acuerdo con el artículo 31 bis, las personas jurídicas pueden ser responsables penalmente de los delitos cometidos en su nombre o en beneficio directo o indirecto de ellas, por:
- Sus representantes legales o administradores de hecho o de derecho.
- Sus empleados o dependientes que actúen bajo la autoridad de las personas mencionadas anteriormente.
- Las personas que, estando sometidas a la autoridad de los representantes legales o administradores, hayan podido cometer el delito debido a la falta de supervisión o control por parte de aquellos.
Por lo tanto, para que se impute la responsabilidad penal a una persona jurídica en España, se deben cumplir los siguientes requisitos:
- Comisión de un delito: La persona jurídica debe haber cometido un delito penalmente sancionable según la legislación española.
- Actuación en beneficio de la entidad: El delito debe haber sido cometido en nombre o en beneficio directo o indirecto de la persona jurídica.
- Participación de personas mencionadas: El delito debe haber sido cometido por los representantes legales, administradores de hecho o de derecho, empleados o dependientes que actúen bajo la autoridad de los representantes legales.
- Falta de supervisión o control: En el caso de empleados o dependientes, se requiere que el delito se haya cometido debido a la falta de supervisión o control por parte de los representantes legales o administradores.
En cuanto a las sanciones, el Código Penal español establece que las personas jurídicas pueden ser condenadas a las siguientes penas:
- Multas económicas: La cuantía de la multa puede variar en función de la gravedad del delito cometido.
- Medidas de intervención: El tribunal puede imponer medidas de intervención en la organización, como la disolución de la entidad, suspensión de actividades, clausura de locales o prohibición de realizar determinadas actividades.
- Publicidad de la sentencia: Se puede ordenar la publicación de la sentencia condenatoria, lo que puede tener un impacto significativo en la reputación de la persona jurídica.
Es importante destacar que la responsabilidad penal de las personas jurídicas no exime la responsabilidad penal de las personas físicas que hayan participado en la comisión del delito. Los individuos involucrados también pueden enfrentar cargos y sanciones penales de manera individual.
TIPOS DE DELITOS COMETIDOS POR PERSONAS JURÍDICAS
Las personas jurídicas pueden cometer una amplia variedad de delitos. A continuación, algunos ejemplos de categorías delictivas en las que las empresas u organizaciones pueden incurrir:
- Delitos contra el patrimonio: Esto incluye la estafa, el fraude, la malversación de fondos y el blanqueo de dinero.
- Delitos contra la salud y seguridad laboral: Se refiere a infracciones relacionadas con la seguridad y la salud ocupacional, como la falta de medidas de prevención de riesgos laborales.
- Delitos medioambientales: Aquí entran en juego las conductas que causan daños al medio ambiente, como la contaminación de aguas, emisiones contaminantes o la destrucción de hábitats protegidos.
- Delitos contra la propiedad intelectual: Esto involucra la violación de derechos de autor, marcas registradas o patentes.
- Delitos fiscales y económicos: Comprende la evasión fiscal, el fraude financiero, la manipulación de información contable o la competencia desleal.
- Delitos contra la Administración pública: Incluye casos de corrupción, soborno, tráfico de influencias o fraude en contratación pública.
RESPONSABILIDAD PENAL DE LAS PERSONAS JURÍDICAS Y SUS CONSECUENCIAS
La responsabilidad penal de las personas jurídicas conlleva una serie de consecuencias legales, que pueden incluir:
- Sanciones económicas: Las personas jurídicas pueden ser multadas con cuantías significativas, en proporción a la gravedad del delito cometido.
- Medidas de intervención: En algunos casos, los tribunales pueden imponer medidas de intervención en la organización, como la suspensión temporal de sus actividades, la prohibición de contratar con entidades públicas o la disolución de la entidad.
- Responsabilidad penal de los directivos: Además de la responsabilidad penal de la persona jurídica en sí misma, los directivos y representantes legales pueden ser considerados responsables de manera individual si han participado activamente en la comisión del delito o si no han tomado medidas para prevenirlo o detenerlo.
- Daño reputacional: La comisión de delitos por parte de una persona jurídica puede tener graves repercusiones en su reputación y confianza por parte de los clientes, inversores y el público en general.
- Responsabilidad civil: Además de las consecuencias penales, las personas jurídicas también pueden ser objeto de reclamaciones civiles por los daños y perjuicios causados a terceros como resultado de su conducta delictiva.
Prevención y compliance
Para evitar la comisión de delitos y minimizar el riesgo de responsabilidad penal corporativa, las empresas y organizaciones deben implementar programas de cumplimiento normativo, conocidos como programas de compliance. Estos programas incluyen medidas como la elaboración de códigos éticos, la formación y concienciación de los empleados, la supervisión y control interno, y la cooperación con las autoridades en caso de detección de irregularidades.
En conclusión, la responsabilidad penal de las personas jurídicas es un aspecto importante en el ámbito del Derecho Penal. Las empresas y organizaciones pueden cometer una variedad de delitos, desde estafas financieras hasta delitos medioambientales o contra la propiedad intelectual. La implementación de programas de compliance y el cumplimiento de las normas legales son fundamentales para prevenir la comisión de delitos y evitar las graves consecuencias legales, económicas y reputacionales que pueden derivarse de la responsabilidad penal corporativa.
Si tu empresa u organización ha sido acusada de un delito, es indispensable ponerte en manos de un abogado penalista experto en delitos cometidos por personas jurídicas para hacer valer tus derechos. En Presunto Inocente tenemos sobrada experiencia. Escríbenos o llámanos y trataremos de ayudarte, y recuerda, sólo cobramos si ganamos.